¿Por qué los Grandes Maestros repiten jugadas?

Quizás pueda parecerte una contradicción que si tienes el título de Gran Maestros y tienes capacidad para encontrar buenas jugadas, incluso la élite mundial prefiera en ocasiones optar por repetir jugadas y llegar a una posición de tablas o empate en ajedrez.

El público se lleva las manos a la cabeza, puede incluso bostezar y una gran mayoría no entiende cómo se puede optar a repetir sin más si lo que se busca supuestamente es ganar la partida. Pero tengo que decirte que, lejos de ser una muestra de pereza, se trata de una herramienta que responde a múltiples factores: estratégicos, psicológicos, prácticos e incluso reglamentarios. Te voy a contar un poco lo que hay detrás y te dejaré al final algún ejemplo para que puedas verlo en vídeo.

La repetición como recurso estratégico

La regla de la triple repetición permite reclamar tablas si una misma posición se repite tres veces. Es decir, si yo muevo mi torre, mi rival mueve la suya y volvemos hacia atrás habremos alcanzado la misma posición que antes de mover. Si esto se produce tres veces, es posible reclamar tablas.

¿Por qué buscar las tablas si lo que quiero es ganar?

Hay muchas razones, te contaré varias y alguna inspirada en mi experiencia personal.

  • Mal estado físico. En alguna ocasión me ha pasado que he jugado una partida contra otro gran maestro y he preferido repetir las jugadas porque, sencillamente, no me encontraba bien, no había descansado la noche anterior o me sentía con alguna enfermedad. Para acelerar la vuelta a casa uno repite jugadas.
  • Valorar reacciones del rival: un GM puede repetir jugadas para observar si su oponente sigue la misma línea o si cambia de intenciones. Si el rival repite al son de nuestras jugadas podría indicar que está dispuesto a aceptar las tablas, por lo que puede ser un indicador de que evalúa la posición como igualada o que no tiene más ganas de jugar.
  • Amagar con el estado de ánimo. También podemos repetir jugada en sentido contrario, para hacerle ver a nuestro oponente que queremos buscar las tablas pero en la última de las tres repeticiones cambiar y hacer otra jugada, asestando un golpe psicológico cuando nuuestro oponente «se había hecho ilusiones con conseguir el empate».
  • Explorar variantes sin comprometerse aún: repetir jugadas puede retrasar una decisión estratégica, y permite ganar algo de tiempo.
  • Alcanzar un control de tiempo. Hay ritmos de juego del ajedrez clásico en los que uno necesita realizar un número determinado de jugadas en un tiempo, si repites jugadas te aseguras avanzar un poco más rápido hacia ese control sin sufrir apuros.

Las tablas como resultado deseado

Aunque a veces las tablas puedan parecer antideportivas en ajedrez no todas los empates son sinónimos de cobardía. Un empate puede ser el resultado ideal por varias razones:

Preparación de aperturas: En ocasiones, tras una profunda preparación teórica, ambos jugadores llegan a posiciones igualadas que ninguno quiere explorar más allá por razones prácticas.

Situación en el torneo: Si un GM necesita solo medio punto para asegurarse un premio o determinada clasificación, las tablas son el camino adecuado sin riesgos.

Valoración de la posición: A veces, aunque tu nivel sea de gran maestro no encuentras una manera realista de progresar y te puedes exponer a errores graves. Si la situación del torneo no demanda arriesgar, mejor no hacerlo.

¿Repetir jugadas es antideportivo?

Últimamente, bastantes críticos con la regla de la repetición de jugadas han apostado por evitarla o impedirla hasta que no se den un cierto número de jugadas. Esto ha llevado a ciertas competiciones a adoptar normas contra las «tablas rápidas», como el reglamento de Sofía, que prohíbe ofrecer tablas antes de cierto número de jugadas.

La realidad, es que este tipo de tablas son las menos frecuentes y lo habitual es que se acuerden las tablas después de una lucha intensa o porque, sencillamente, no es posible ganar la partida porque nos encontramos en una posición que teóricamente es tablas por distintas razones como, por ejemplo, insuficiencia de material.

Como ves, repetir jugadas es una forma de ofrecer las tablas sin pronunciarlo, pero tiene muchos condicionantes detrás…

De hecho, todas estas reflexiones me llevaron a preparar en curso de estrategias ante una oferta de tablas, te animo que le eches un vistazo porque vas a encontrar mucha formación útil.

Para acabar, quiero que veas que ni siquiera los mejores grandes maestros están exentos de equivocarse en los ofrecimientos de tablas. Este vídeo te mostrará un ejemplo muy sorprendente.

Artículos relacionados